GIGANTESCO PINCHAZO.
Tarde de
mucho futbol donde dos grandes equipos se jugaban más que tres puntos y
acudimos a devolver visita al Gigantes con la pretensión unánime , de que en el
que a nosotros nos tocaba, quedarnos con el mayor premio posible si queríamos
seguir teniendo la oportunidad de redondear una temporada con el laurel al
cuello y la sonrisa orgullosa.
Planteamiento
ofensivo, con los aguijones en banda, Villa y Arturo, centro para Rubén y
Parra, enganche para Mena y punta para Tamargo. Defensa para Suarez, Javi, Gata
y Fariz. En el banquillo sin defensas.
Comenzó el
partido y tras unos minutos donde el Gigantes empujo tímidamente, poco a poco
fuimos afianzando nuestra posición y a pesar de solo ver juego de enlace y
llegada con toque en el contrario, nuestra posición no les permitía llegar con
definición y peligro a la meta defendida por Alberto.
No sé si por
la transcendencia del partido o por la
ansiedad en el juego, pecamos de individualismos por ambas bandas, Mena no
encontraba su sitio y a pesar de la lucha de ambos medios-centros, no
terminamos jugadas de pase, no corríamos el balón entre sus líneas y nos
faltaba apoyo en cada caída en banda.
El excesivo
individualismo en algunas fases del
partido provocaron sendas pérdidas de balón
y de una de ellas, recibimos el primer gol. Arturo regateando a todo el
que le salía al paso se cruzo el campo de Izquierda a derecha y tras perder el
balón y prolongarlo por banda derecha, el Gigantes se planto en aérea, donde
Fariz se lanzo al suelo y arrastro el esférico con la mano, provocando así un
penalti que Alberto no acertó a parar. Uno a cero y a remontar.
No llevábamos
ni veinticinco minutos y a no ser porque en la siguiente juagada Villa gana la
espalda a su par, pone la pelota al aérea y Arturo empuja a las mallas, ya
habría saltado al terreno Jeremi.
Pese al
empate, Fernando pone defensa de tres, quita a Fariz y a Suarez y mete a Álvaro
y a Rubén, terminando la primera parte con empate y las espadas en todo lo
alto.
Todo es
susceptible de mejora, pero el murmullo en la grada al cambio de Suarez por Rubén
hacia entender quizás una incomprensión por un esquema que escasos minutos
antes parecía más Jeremi por Arturo que no un cambio de la
defensa.
Tras el descanso,
el juego no mejoro y el contrario seguía insistiendo en fabricar futbol y
nosotros en llegar con balones largos,
sin dibujo, sin enlazar ni triangular, desordenados e insistiendo en
personalizar más que en compartir.
Y así nos
fue. Perdida de Rubén en el centro por excesivos regates de nuevo y el Gigantes
dispara desde el borde del área, golpea en una pierna de “ rubencin” ,
desviando la trayectoria y haciendo imposible la estirada del portero que aún
llego a tocar , pero que no sirvió para sacarla fuera.
Enseguida
volvió a marcar el Gigantes, llegando al minuto 20 de esta segunda parte y a
pesar conocer la tenacidad y el empuje
de otras ocasiones, esta vez nos fuimos diluyendo como el azúcar en el café,
desapareciendo como la sal en el mar o el vapor del agua en el aire.
El segundo
gol llego al filo del minuto 25 y parecía aventar el espíritu, pero el Gigantes
posiciono defensa de cinco, que no pasaron ya del centro del campo en el resto
del partido y jugaron su tiempo dejándolo pasar como pasa el agua entre las
manos.
Aun así y a
pesar de renunciar en las ayudas, el Gigantes pudo aumentar el marcador ante la
impotencia de un Vallecas algo desarbolado
y falto de criterio. Más angustiado por llegar al área que por intentar
hacerlo más pacientemente y con más apoyo y fortaleza.
Al final una
derrota que no sirve más que para alejarnos casi definitivamente de la lucha
por el segundo puesto y que nos obliga a no dejar ni un solo punto más y a
esperar que los contrarios se olviden de puntuar en los partidos que restan.
Pero mientras
exista vida, hay esperanza y por ello hay que levantar el ánimo y pelear hasta
el final.
ANIMO
CHAVALES. VOSOTROS LO MERECEIS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario